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viernes, 17 de febrero de 2012

+Una Rosa Blanca♥

Ya iba siendo hora de que la publicara, no? La verdad es que no gané, pero no importa, a mí, personalmente, me gusta, ahora querría vuestra opinión :3


25 de septiembre de 2009. Día lluvioso. Quizá horrible, como todos los otros que me rodean. Sólo porque le extraño.
Me despierto de esas pesadillas horrorosas que he tenido durante la noche, que te ibas y me dejaba sola, aunque, sinceramente, nunca le he llegado a tener junto a mí, despertándome de estas pesadillas y consolándome, o simplemente callándome con un beso. Me preparo y, como de costumbre, me voy al instituto. Nada es como antes, aquel día en el que llegaba y hablaba con mis amigas, sobre lo que fuera, pero hablaba con ellas. E incluso él me saludaba. Pero no, eso es pasado, ahora habrá que vivir el presente. ¿Pero qué vivo? Porque mi  vida, ahora, es un asco. Sin amistades ni amor ni siquiera una pizca de cariño. Mi familia está rota, eso empeora mucho más las cosas. Y así es, ya han pasado 2 horas desde que llegué al instituto y excepto pensar en mis desgracias, que ya de por sí son muchas, y hacer los ejercicios que nos ha mandado cada profesor no he hecho absolutamente nada. Ni siquiera hablo cuando me manda el profesor o profesora, es difícil, porque antes era una chica muy charlatana y espontánea pero ahora… ahora…. No soy nada. Y seguramente os preguntaréis por qué, pero el problema es que no hay una explicación muy normal, que digamos. Fue aquel día. Ese 16 de enero de 2009 en el mi vida se convirtió en una pesadilla.  Mejor os lo cuento desde el principio:
Llegué al instituto y allí estaba él, saludándome con su maravillosa sonrisa. Todo el día transcurrió normal, hablando de aquí para allá con mis amigas y con él, mi gran y preciado novio. No podía dejar de mirarle a sus bonitos y penetrantes ojos azules y pensar en cómo pasar el resto de nuestras vidas juntos y cuando se acabe el instituto y estemos libres, correr y correr hacia un lugar increíble, que seguramente ni exista. Habla y habla con sus dulces labios y yo le escucho hasta que no soy capaz de concentrarme sólo por quedarme embobada con sus ojos.  Y así pasa, por lo menos, la mitad del día. Hemos quedado por la tarde, una tarde, seguramente, genial. Pero me equivocaba. Me arreglo todo lo que puedo para que me vea lo más guapa posible. Y voy al parque, es precioso, igual que él. No lo conocía, la verdad, tiene una fuente en el centro de la que salen chorros mágicos. Y luego los jardines… puff, los jardines son… especiales.  Pero no me fijo en nada más, solo quiero verle y allí está, sentado en un banco, esperándome y con una rosa blanca en la mano. Según me ve se levanta y yo corro hacia sus brazos, me abraza con tanta fuerza que no me puedo despegar de él hasta que me va soltando lentamente. Es raro, porque él nunca me suelta, soy yo la que se suelta porque, de alguna manera, me empiezan a sudar las manos.  Y noto su mirada, distraída y preocupada por algo. Y le pregunto:
-¿Qué pasa?
-No, nada, es que…
-Te conozco y sé que te preocupa algo, sabes que puedes decirme cualquier cosa.
-Ya, pero… es que… tengo malas noticias.
-¿Malas noticias? Me estás asustando.
-Resulta que me voy a mudar a Holanda – dice entre sollozos-.
-¿Qué? No. No puede ser. ¡No puede ser!
E inevitablemente comienzo a llorar.
-Yo no quiero irme, pero estoy obligado. A mi padre le han designado un trabajo allí, y no puedo quedarme. Al menos nos veremos por webcam y hablaremos todos los días, te lo prometo. Pero no te olvides de mí. No lo hagas. Y además dentro de 2 años ya seré mayor de edad y podré volver.
Corro y corro, es como si quisiera ir a ese mundo tan alejado e inexistente del que os hablé en el que querría estar con ÉL. Oigo como me llama, a voces, llorando… Pero no es nada comparado con el sufrimiento que yo estoy viviendo, puede que deje de llorar, algún día… puede.
Y así, poco a poco, me voy distanciando de mis amigas, cada 2 segundos recibo un mensaje en mi móvil pero no los leo… en un arrebato lo tiré por la ventana y espero no volver a tener un recuerdo de él ni de nadie.  Mis amigas me llaman a la puerta de mi casa, para que quede con ellas, para que me despeje, según ellas. No lo hago. No quiero. No, no y no. Me encierro en casa durante meses, que parecen siglos. Pero no importa, podría crear un gran lago con mis lágrimas. Pero un día, dejo de llorar. Empieza la depresión. Empiezo a encerrarme y a limitarme a decir sonidos o a murmurar palabras de pocas letras. Mi autoestima y mi corazón se van hundiendo y hundiendo… hasta que puede que dejen de existir. Soy un ser sin vida.
Y así hasta hoy. No hay un día que se diferencie en algo a otro cualquiera. Ni una sola sonrisa, ni siquiera una mueca. Y además mis padres se han separado y mi hermano falleció en un trágico accidente. Ahora vivo con mi madre,  que está 2 horas en casa, como mucho.
Me levanto, lloro, me acuesto. Me levanto, lloro, me acuesto. Me levanto, lloro, me acuesto.  Ya es rutina.
Si os preguntáis que por qué hago esto y no sigo el consejo de él es porque… simplemente, él tiene la culpa y punto. ¿Qué pasa, que no podía evitar que su padre se marchara? ¿No podía quedarse aquí? Para mí que ni lo intento. Yo le amaba pero él a mi no lo suficiente.
Y pasan los días y los años. Y llegamos al día 2 de Marzo de 2011. Mi cumpleaños. Cumplo 17. Él cumpliría 18, justamente los 2 el mismo día. Él es un año más mayor que yo. Pero paso de recordarle.
Din Don.
El timbre. ¿Contesto? Venga, va, porque hoy es mi cumpleaños. A ver si alguien me consigue sacar esa sonrisa que necesito.
Abro la puerta y ahí está.
Es ÉL.
-Hola.
Voy a cerrar la puerta cuando algo que me llama la atención interrumpe mi acción.
Una rosa blanca. Una bella y hermosa rosa. Igual a la del  último día en el que nos vimos. Pero esta tiene algo. Algo que la hace MÁGICA. Eso me detuvo.
-Lo siento.
… ¿Qué digo?
-En realidad, ¿qué sientes?
-Que no convencí a mi padre, pero ya sabes como es…
No, no lo sé bien. He hablado muy poco con él, pero lo poco que he visto de él es que es un borde y un ignorante, sin ofender.
-Más o menos.
-Perdóname. Sé que te he hecho sufrir. Todas tus amigas me han llamado pidiéndome ayuda. Incluso tu madre.
Mi madre… si ella no me hace caso… pasa de mí…
-No te extrañes, tu madre también. Y ya sabes que…
-¿Qué?
-Que te amo.
Esa frase y su mirada con sus ojos azules me hizo darme cuenta de que me decía la verdad. No mentía. Y sufriendo durante todo este tiempo… Cuando le tenía… No le he perdido de milagro.
En ese mismo instante solo se me ocurrió una cosa: le cogí de la mano, corrimos juntos y nos fuimos a la playa.
Caminamos juntos durante la noche, la madrugada y todo el resto del día siguiente. Cerca de la orilla. Con mi rosa blanca en la mano, sin dejarla caer.

Era larga e.e :)

1 comentario:

Vєℓα dijo...

Hola! Me llamo Vela Si, :3 me encantta tu bloog!! Y, me encanta la flecha, podrias poner una entrada con la URL de la flechita que pone:
You are beautiful y un corazón? :D Muchas gracias ILOVEYOUBLOG!